La reencarnación de afrodita
Ella es estudiante, y actualmente se encuentra cursando los últimos semestres de ingeniería ambiental. Estudiosa, comprometida y disciplinada son algunos aspectos que forman su identidad en la academia. Su infancia tuvo lugar en un municipio de Tolima, Colombia y su transición, a los diecisiete años, en un municipio cercano a la ciudad de Bogotá. Pero, más allá de esto, ella también es misteriosa, cautivadora e incluso se podría decir que es coqueta. Con solo verla caminar se entra a un umbral y pareciera, de repente, que el andén se convierte en el suelo de una pasarela de alta moda solo para ella. Sus pasos van al ritmo de una canción pop, su ropa parece de diseñador, sus uñas están bien cuidadas y su cabello —su icónico cabello— cambia de color constantemente; es largo y sedoso, con ondulaciones que van de abajo arriba al ritmo de sus pies, al ritmo de la música.
Ella cuenta una historia que en sus propias palabras es “un proceso de deconstrucción del rol asignado, de todo lo que se espera que sea ella”. Su familia fue una parte importante para la construcción de su identidad: fueron su mamá y su padrastro los primeros en saber y los primeros en dar su aceptación. Por otro lado, su padre no contó con esta condición, probablemente ella no quiso involucrarlo por temor, pero finalmente su padre lo supo ya cuando ella había entrado en su transición. Sin embargo, antes de que su familia supiera, ella tuvo que comprenderse a sí misma. Pasó por una serie de relaciones tóxicas que postergaron su proceso; ella no usaba su maquillaje, rara vez usaba su vestido verde, prefería seguir actuando masculina para tener la aprobación de las personas con las que estaba saliendo. La complejidad de esta situación aumentó con el tiempo y, a la final, concluyó en una serie de problemas, los cuales necesitaron de valoración psiquiátrica. Más adelante, logró empezar un tratamiento con hormonas; tomó tiempo y paciencia, pero esto le permitió sentirse más segura, pues empezó a tener cambios en sus partes sexuales secundarias. Su rostro comenzó a tener cambios con los que se siente más cómoda y se acerca más a quién siempre ha querido ser, a quien realmente es.
Hoy en día ella está orgullosa de quién es, del acompañamiento de su familia y de poder expresarse con su identidad. Sin embargo, ella menciona que para poder sentirse más cómoda es necesario fomentar y exigir el respeto de sus derechos a través de la cultura, la naturalización de identidades diversas, la capacitación de derechos humanos y seguir trabajando en las leyes puntuales para personas trans.
Los procesos crean historias, cambian perspectivas y empoderan a las personas. Ella es una escena de Hollywood, la reencarnación de afrodita y el constante centro de atención.
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Sobre baños e identidades
Ir al baño hace parte de la cotidianidad de todos; puede ser en un entorno privado o uno público. Lo privado es cómodo: se entra de forma natural sin pensarlo tanto. Pero entrar a un baño público… Cuando se entra a un baño público se genera incomodidad. Algunas personas tratan de evitar el uso de estos baños, y tienen gran razón al querer evitarlos, puede que no estén limpios o no se les dé un uso adecuado. Además, cuando el baño entra en un factor público hay una distinción sociocultural, lo que conlleva a una división de dos opciones: hay baño para hombres y otro para mujeres. Una decisión que para muchos ni se debe pensar; para ellos es instintivo. Pero, más allá de ellos, sin duda alguna, esto también genera incomodidad para otras identidades que no se relacionan con las categorías binarias de hombre y mujer. Imaginar el querer entrar a un baño público, pero no poder hacerlo, a pesar de que es normal; no te sientes cómodo en ninguna de las categorías de la división de los baños y se vuelve una cuestión difícil de imaginar porque para algunos es normal. Sin embargo, la incomodidad de preguntarse a qué baño entrar es una constante en la vida cotidiana de una persona trans no binaria.
Cuando él intenta entrar a baños públicos se encuentra con una dualidad. Por un lado, no se siente a gusto con su identidad cuando trata de entrar a un baño de mujeres; su forma de vestir con tonos oscuros y ropa holgada no va de acuerdo con las etiquetas femeninas. Y, por el otro lado, al intentar entrar a un baño de hombres se siente inseguro, debido a las concepciones del bien y el mal que tenían con respecto a él desde que era niño.
La historia de su transición tiene lugar desde que tiene conciencia, siempre se sintió confundido e inconforme con el rol de género que debía cumplir, por el que su familia presionaba a que cumpliera. Vivió discriminación a lo largo de toda su vida: en la infancia se enfrentó a situaciones en el colegio y con su familia. Los adultos veían algo mal en él, pero él siempre pensó que no había nada malo. No entendía porque surgían comentarios frente a cómo se sentía con su identidad. Pasó la etapa de no entender a la teoría, y cuando creció empezó una búsqueda de quién en verdad era; para esto investigó todo lo posible hasta poder conocerse a sí mismo, una tarea que nadie puede hacer por otro. El investigar, generar conciencia y reconocerse como persona trans no binaria le permitió a él y a su familia llevar una mejor relación. Cuando exteriorizó su identidad empezó a sentir cambios en la forma en cómo lo trataba su familia y sus amigos; empezaron a comprenderlo. Fue tanto el poder de este cambio que tuvo más seguridad y así realizó un viaje para su vida. Empezó a estudiar una ingeniería en la universidad de Manizales y vive con su novia, quien lo ama y lo respeta por quién es.
Tanto para su novia y sus amigos como familiares, su seguridad permitió entablar una relación más genuina con él, abrió espacio para el diálogo y lo ayudaron a poder estar bien. Sin embargo, aún puede encontrar personas que por su mentalidad o ignorancia rompen la línea de la seguridad con su discriminación. A pesar de que el proceso que él tuvo es muy orgánico, la discriminación es lo que al final lo detiene de lograr entrar a un baño público. Entrar al baño de mujeres o al de hombres siempre es una pelea interior que no le permite manifestar al máximo su identidad. Lo que él busca es que todos entendamos: “Al igual que ellos soy un ser humano, somos seres humanos y tenemos derecho a vivir nuestra vida y sexualidad libremente”. Esto es lo que él pide, lo que nos pide, lo que necesita para poder sentirse a gusto, feliz con su identidad y continuar una vida digna que todo ser humano merece.
Este trabajo escritural cuento la historia de dos personas Trans. Se trata de dos perfiles periodísticos en dónde quiero presentar como se vivencia la cotidianidad, vulnerabilidad y sexualidad de dos personas trans. La primera historia es Afrodita, una mujer trans que capta gran atención por su presencia; y la segunda historia es sobre un chico trans, en dónde se pone en evidencia una situación que deja de ser normal al vivir una identidad diversa.